Por: Francisco Medina
La meta inflacionaria de 3% que mantiene el Banco de México (Banxico) desde hace más de 15 años y la "rigidez" con la que trabaja la política monetaria tienen que ser revaloradas, se quede o no el actual gobernador del instituto, Guillermo Ortiz, dijo la empresa calificadora Moody's Economy.
El objetivo de la inflación que se fijó desde 1994 deber ser modificado a 5%, ya que aun y con lo exitoso de la aplicación de la política de "inflación por objetivos" que se fijó (y que logró reducir los precios desde un promedio de 35% en 1995 a 4% en 2005), nunca ha logrado llegar a su meta.
"El objetivo (de inflación) de 3% no fue ni es consistente con la estructura económica del país, como así lo demuestra la inflación estructural de los últimos 15 años", dijo en un reporte el director para América Latina de Moody's Economy, Alfredo Coutiño.
El economista precisó que la inflación en México ha tenido una resistencia en la última década a caer por debajo de 5%.
El alza de precios se ubicó en 3.92% a tasa anual en la primera mitad de noviembre, informó recientemente el Banxico, el cual ha pospuesto la meta de 3% para el 2010.
Coutiño indicó que la existencia de sectores protegidos, la falta de competencia en algunos mercados y la presencia de precios regulados y administrados que no se ajustan de acuerdo a las condiciones de mercado, ni con base a sus referencias internacionales, hace que existan rigideces en el sistema de formación de precios y consecuentemente que la inflación presente resistencia.
"Esta falta de flexibilidad en el sistema de precios es precisamente el reflejo de esa estructura económica con distorsiones de mercado, lo cual hace que la economía mexicana sea naturalmente más consistente con una inflación estructural de 5%, en lugar del objetivo oficial de 3%", dijo.
Los expertos prevén que con el aumento para el próximo año de las tasas de algunos impuestos, como el IVA e ISR, los precios sufran una alza de al menos un punto porcentual, con lo que colocaría a la inflación en alrededor de 5%.
Esto podría provocar que el Banco de México activara su política monetaria, aumentando su tasa de referencia, para tratar de combatir un problema estructural (en este caso tributario) y no un daño estrictamente monetario.
La meta inflacionaria de 3% que mantiene el Banco de México (Banxico) desde hace más de 15 años y la "rigidez" con la que trabaja la política monetaria tienen que ser revaloradas, se quede o no el actual gobernador del instituto, Guillermo Ortiz, dijo la empresa calificadora Moody's Economy.
El objetivo de la inflación que se fijó desde 1994 deber ser modificado a 5%, ya que aun y con lo exitoso de la aplicación de la política de "inflación por objetivos" que se fijó (y que logró reducir los precios desde un promedio de 35% en 1995 a 4% en 2005), nunca ha logrado llegar a su meta.
"El objetivo (de inflación) de 3% no fue ni es consistente con la estructura económica del país, como así lo demuestra la inflación estructural de los últimos 15 años", dijo en un reporte el director para América Latina de Moody's Economy, Alfredo Coutiño.
El economista precisó que la inflación en México ha tenido una resistencia en la última década a caer por debajo de 5%.
El alza de precios se ubicó en 3.92% a tasa anual en la primera mitad de noviembre, informó recientemente el Banxico, el cual ha pospuesto la meta de 3% para el 2010.
Coutiño indicó que la existencia de sectores protegidos, la falta de competencia en algunos mercados y la presencia de precios regulados y administrados que no se ajustan de acuerdo a las condiciones de mercado, ni con base a sus referencias internacionales, hace que existan rigideces en el sistema de formación de precios y consecuentemente que la inflación presente resistencia.
"Esta falta de flexibilidad en el sistema de precios es precisamente el reflejo de esa estructura económica con distorsiones de mercado, lo cual hace que la economía mexicana sea naturalmente más consistente con una inflación estructural de 5%, en lugar del objetivo oficial de 3%", dijo.
Los expertos prevén que con el aumento para el próximo año de las tasas de algunos impuestos, como el IVA e ISR, los precios sufran una alza de al menos un punto porcentual, con lo que colocaría a la inflación en alrededor de 5%.
Esto podría provocar que el Banco de México activara su política monetaria, aumentando su tasa de referencia, para tratar de combatir un problema estructural (en este caso tributario) y no un daño estrictamente monetario.
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