Por: Francisco Medina
Aun cuando se prevé que el aumento de los créditos a las Pymes este año sea de 12 por ciento en términos reales, para sumar cerca de 100 mil millones de pesos, la cobertura es limitada, ya que sólo 25 por ciento de las Pymes cuenta con posibilidad de financiamiento, cuando en otras naciones esa cobertura es mayor que 50 por ciento; y es que los problemas financieros derivados de la crisis económica limitaron los avances en materia empresarial en el país, por lo que la meta de mantener y aumentar el empleo a través de estímulos a la producción, en especial de las micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes), quedó postergada.
Además de las dificultades para financiarse, las Pymes también han tenido limitada participación en programas relevantes que se pusieron en marcha para impulsar la economía este año, como el Programa de Apoyo para la Productividad (PAP), que entró en vigor en enero del presente año, y sólo ha llegado a 5 mil 706 empresas, de las cuales sólo 461 son micro, según cifras a julio del presente año.
Para mitigar los efectos de la crisis se ha creado el Fideicomiso México Emprende que detonará apoyos por 250 mil millones de pesos en crédito (19 mil millones de dólares aproximadamente) en los próximos cuatro años para apoyar a 400 mil pequeñas y medianas empresas, ello indica que el ritmo de aumento de cobertura de créditos en las Pymes se mantendría en alrededor de 10 por ciento anual.
Las micro, pequeñas y medianas empresas generan 52 por ciento del PIB de México, y contribuyen con 72 por ciento de los empleos formales en el país; no obstante, la falta de financiamiento a costos accesibles, la excesiva carga tributaria y la mala administración han impulsado el cierre de muchos establecimientos.
En la ciudad de México --donde se concentra la mayor parte de las microempresas-- la recesión económica provocó el cierre de 12 mil micro, pequeñas y medianas empresas en el primer semestre de 2009 con lo que se generó el despido de 36 mil empleados.
Por otro lado, algunos consultores estiman que en lo que va de la crisis podrían haber desaparecido alrededor del 10 por ciento de las Pymes establecidas en el país, generando una pérdida de cerca de 500 mil empleos formales.
Los estragos de la crisis se ven reflejados en el acortamiento del ciclo de vida de los micronegocios, pues actualmente se observa que siete de cada 10 microempresas cierran sus puertas tras un año de funcionar o incluso antes, y las que han sobrevivido están actuando con cautela no invirtiendo y controlando gastos.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Centros para el Desarrollo de la Pequeña Empresa (AMCDPE), la mayor preocupación de las Pymes del país radica en la posibilidad de que las restricciones de liquidez afecten su operación diaria, y limiten su capacidad de acción para dar respuestas efectivas ante el nuevo escenario.
Pese a las dificultades, la AMCDPE está impulsando una plataforma novedosa para la internacionalización de las Pymes mexicanas, y abriendo nuevas posibilidades de intercambio comercial con otros países, para lo cual se firmó un convenio con la American Small Business Development Center Network (ASBDC), asociación homóloga en Estados Unidos. La finalidad del convenio es promover el comercio internacional, para lo cual especialistas universitarios brindarán asesoría en forma gratuita a los empresarios de ambos países en áreas vinculadas con la legislación, aduanas y financiamiento.
Aun cuando se prevé que el aumento de los créditos a las Pymes este año sea de 12 por ciento en términos reales, para sumar cerca de 100 mil millones de pesos, la cobertura es limitada, ya que sólo 25 por ciento de las Pymes cuenta con posibilidad de financiamiento, cuando en otras naciones esa cobertura es mayor que 50 por ciento; y es que los problemas financieros derivados de la crisis económica limitaron los avances en materia empresarial en el país, por lo que la meta de mantener y aumentar el empleo a través de estímulos a la producción, en especial de las micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes), quedó postergada.
Además de las dificultades para financiarse, las Pymes también han tenido limitada participación en programas relevantes que se pusieron en marcha para impulsar la economía este año, como el Programa de Apoyo para la Productividad (PAP), que entró en vigor en enero del presente año, y sólo ha llegado a 5 mil 706 empresas, de las cuales sólo 461 son micro, según cifras a julio del presente año.
Para mitigar los efectos de la crisis se ha creado el Fideicomiso México Emprende que detonará apoyos por 250 mil millones de pesos en crédito (19 mil millones de dólares aproximadamente) en los próximos cuatro años para apoyar a 400 mil pequeñas y medianas empresas, ello indica que el ritmo de aumento de cobertura de créditos en las Pymes se mantendría en alrededor de 10 por ciento anual.
Las micro, pequeñas y medianas empresas generan 52 por ciento del PIB de México, y contribuyen con 72 por ciento de los empleos formales en el país; no obstante, la falta de financiamiento a costos accesibles, la excesiva carga tributaria y la mala administración han impulsado el cierre de muchos establecimientos.
En la ciudad de México --donde se concentra la mayor parte de las microempresas-- la recesión económica provocó el cierre de 12 mil micro, pequeñas y medianas empresas en el primer semestre de 2009 con lo que se generó el despido de 36 mil empleados.
Por otro lado, algunos consultores estiman que en lo que va de la crisis podrían haber desaparecido alrededor del 10 por ciento de las Pymes establecidas en el país, generando una pérdida de cerca de 500 mil empleos formales.
Los estragos de la crisis se ven reflejados en el acortamiento del ciclo de vida de los micronegocios, pues actualmente se observa que siete de cada 10 microempresas cierran sus puertas tras un año de funcionar o incluso antes, y las que han sobrevivido están actuando con cautela no invirtiendo y controlando gastos.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Centros para el Desarrollo de la Pequeña Empresa (AMCDPE), la mayor preocupación de las Pymes del país radica en la posibilidad de que las restricciones de liquidez afecten su operación diaria, y limiten su capacidad de acción para dar respuestas efectivas ante el nuevo escenario.
Pese a las dificultades, la AMCDPE está impulsando una plataforma novedosa para la internacionalización de las Pymes mexicanas, y abriendo nuevas posibilidades de intercambio comercial con otros países, para lo cual se firmó un convenio con la American Small Business Development Center Network (ASBDC), asociación homóloga en Estados Unidos. La finalidad del convenio es promover el comercio internacional, para lo cual especialistas universitarios brindarán asesoría en forma gratuita a los empresarios de ambos países en áreas vinculadas con la legislación, aduanas y financiamiento.
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