Por: Francisco Medina
El presidente Felipe Calderón nominó al actual secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para fungir como nuevo gobernador del Banco de México, en sustitución de Guillermo Ortiz. Ernesto Cordero, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Social, pasará a la Secretaría de Hacienda.
De ser ratificado por el Senado de la República, Carstens sustituirá a Guillermo Ortiz, quien concluirá su segundo periodo el 31 de diciembre próximo. Ortiz, de 61 años, se ha destacado entre los banqueros centrales de mercados emergentes por bajar la inflación del país y modernizar su política monetaria.
Cabe señalar que de concretarse, Agustín Cartens regresaría al banco de México ya que a finales de la década de los ochenta y después de conseguir su Maestría y Doctorado, ambos en Economía, en la Universidad de Chicago, Carstens llegó al banco central donde ocupó los cargos de jefe de Gabinete de la oficina del Gobernador, subgerente y tesorero.
Su trabajo en Banxico y su tiempo en Hacienda durante la presidencia de Vicente Fox, atrajo la atención del Fondo Monetario Internacional en el que se desempeñó como subdirector gerente durante tres años.
Luego de que Felipe Calderón fuera electo presidente, nombró a Carstens coordinador del programa económico del equipo de transición y después titular en la Secretaría de Hacienda.
Su papel al frente de la dependencia fue controvertido, entre otras cosas, por ser protagonista en la controversia por el paquete económico 2010, que se caracterizó por un aumento sustancial de impuestos.
Carstens, de 51 años, es uno de los hombres de confianza de Calderón, a quien acompañó desde la carrera proselitista como coordinador económico hasta que fue designado secretario de Estado en el 2006 cuando asumió el mandatario.
Al funcionario le tocó manejar la economía por un camino sin asfalto y sufrir la peor crisis desde 1930, cuando el coletazo de la recesión y la caída en la demanda en Estados Unidos -el mayor socio comercial de México- castigó al país.
Y se convirtió en blanco de críticas cuando entonces dijo que la crisis le provocaría "un catarrito" al país y "no una pulmonía como antes". Poco después lamentó haber usado esa expresión.
Sin embargo, fue elogiado por su manejo de la crisis y en medio del declive en las exportaciones y producción petrolera, fue previsor y contrató una cobertura este año que le permitió embolsar a México 70 dólares por cada barril de crudo exportado, pese a que el precio de su canasta de exportación es mucho menor.
Otro de sus logros durante su gestión fue una reforma al sistema de pensiones, que fue considerada por los especialistas como uno de los cambios más importantes estructurales de México en la última década.
Entre sus responsabilidades como secretario estuvo diseñar dos reformas fiscales para fortalecer las finanzas del país, que fueron diluidas por el Congreso y luego consideradas insuficientes para sanear la hoja de balance de México.
Pero en casa es menos popular que en el exterior, después de que los mexicanos lo criticaran por intentar convencer de las bondades del aumento de impuestos.
Después de la última reforma aprobada este año, la agencia Fitch bajó en noviembre su calificación de deuda soberana de México a "BBB" desde "BBB+", asegurando que el alza en los impuestos no sería suficiente para enfrentar las presiones fiscales esperadas por la menor producción petrolera y la debilidad de la economía.
Antes de que Fitch redujera su nota, Carstens había dicho que el descenso no sería bueno, aunque tampoco sería "un desastre" para México.
Todavía su nombramiento debe ser aprobado por el Senado mexicano, cuyo periodo ordinario de sesiones concluye a mediados de diciembre.
Reacciones
Sobre la nominación de Agustín Carstens para ser gobernador del Banco de México, Fernando Losada, analista para México de Deutsche Bank, expresó que "No es una gran sorpresa. Tanto (el actual gobernador del banco Guillermo) Ortiz como Carstens son figuras muy respetadas y muy conocidas, tanto localmente como en el contexto de los mercados internacionales, así que no se debería generar ningún tipo de sobresalto.
"La pregunta respecto a Hacienda es qué va a pasar con el resto del equipo de funcionarios, si se van a quedar trabajando con Cordero o van a haber más cambios", agregó.
Por su lado, Alberto Bernal, jefe de mercados emergentes bulltick capital markets, dijo que los nombramientos anunciados son muy buenas noticias, mientras desde el punto de vista de los mercados no hay absolutamente ninguna duda que cada uno en Wall Street recibirá este nombramiento con beneplácito.
Luis Flores, economista de Ixe Grupo Financiero, manifestó que "es favorable y un tanto esperado. (Carstens) era el más firme candidato en ese tema y me parece que tiene todos los atributos y la experiencia como para ocupar este puesto, destacando sobre todo porque no solamente conoce muy bien el tema local sino que es reconocido a nivel internacional. En ese sentido es una muy buena señal que se manda".
En contra
Rogelio Ramírez de la O, principal asesor económico de Andrés Manuel Lopez Obrador, opinó que "es una mala decisión no renovar a (Guillermo) Ortiz como Gobernador del Banco de México", pues su relevo no garantiza la autonomía financiera.
"El nombramiento de Agustín Carstens es desafortunado, pues se trata de alguien que ya había perdido la mayor parte del prestigio que tenía al no haber leído las señales de la recesión mundial".
Ricardo Monreal, coordinador de los senadores del PT, calificó de "grave regresión" la decisión presidencial.
"Es un premio injustificado para el peor secretario de hacienda que ha tenido el país", aseguró el legislador.
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