Expertos afirman que quitar el esquema afectaría la competitividad de las empresas
La consolidación fiscal que se efectúa en el país es “satanizada” bajo el argumento de que las empresas no pagan los impuestos que les corresponden, sostienen fiscalistas.
Incluso, reconocen, ante la caída de ingresos y la problemática para gravar medicinas y alimentos con IVA, existe la “tentación” de limitarla en la próxima reforma fiscal.
Los especialistas reconocen que hay “aristas” que sí benefician a las compañías y generan desfalcos millonarios al fisco.
Aunque, acotan, frenar la consolidación fiscal sí daría recursos en el corto plazo al fisco, pero en el largo plazo sería un factor negativo para la competitividad, la generación de empleos y la recaudación tributaria.
Modificar el esquema de consolidación fiscal vigente puede aportarle al gobierno, en 2010, algo así como 13 mil 134 millones de pesos, equivalente a 0.1039% del PIB.
Un régimen que ayuda
Víctor Keller, vicepresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), reconoce que la consolidación fiscal sí tiene algunas aristas que benefician a los que utilizan este esquema tributario.
“Sí tiene en algunos casos regímenes preferenciales que sí benefician a ese tipo de empresas... no podemos taparle el ojo al macho, ni podemos tapar el sol con un dedo... Sí, este régimen ayuda, no diría a la evasión del impuesto, pero sí se utilizan prácticas permitidas para pagar menos impuestos, en algunos casos”, afirma el ejecutivo.
Añade que como el IVA a las medicinas y los alimentos no será tocado en la próxima sesión del Congreso, por cuestiones políticas, la disminución del gasto público, la consolidación deberá analizarse. “Aunque no la pueden ahogar, porque nos salimos del contexto mundial”, expresa Keller.
Herbert Bettinger, catedrático de impuestos en el ITAM, dice que la consolidación fiscal sí requiere de un nuevo análisis. Asegura que los impuestos diferidos implican millones de pesos que se le deben al fisco, el cual no puede cobrarlos por los tiempos.
“Se le tiene que dar una salida adecuada para que no impacte a las empresas si la intención es eliminar el régimen de consolidación. Es un régimen que sí requiere un retoque para actualizarlo a nuestras necesidades”, dice.
Desventajas entre empresas
Pedro Carreón, socio fiscal de PricewaterhouseCoopers, afirma que es probable que dicha consolidación se limite, pero eso provocará desventajas para las empresas.
Considera que el problema con la consolidación fiscal es que la Secretaría de Hacienda la presenta como un régimen preferente, cuando en realidad es neutral.
“La autoridad considera que ahí hay un gasto fiscal… yo no lo veo como un régimen preferente; ahí es donde hay controversia con la autoridad”, acota.
El Presupuesto de Gastos Fiscales de 2009, elaborado por la Secretaría de Hacienda, estima que por la consolidación fiscal México dejará de recaudar, en 2010, 13 mil 134 millones de pesos.
“Consiste en un diferimiento del impuesto, por lo que el gasto fiscal que se reporta se compensa en futuros ejercicios fiscales”, expone la Secretaría de Hacienda.
Incluso, la cataloga como la sexta fuente de pérdida recaudatoria más importante.
Se sataniza la consolidación
Para Carlos Cárdenas, socio fiscal de Ernst & Young, el régimen de consolidación fiscal se ha “satanizado”, sin tener los elementos.
Agrega que en este régimen no se le regala un peso a las empresas ni se les subsidia.
“Lo que se permite es que tributen todas las empresas de un mismo grupo de interés económico en una sola base”, explica.
Sostiene que el mutilar la consolidación inhibiría la competitividad de México.
Carreón advierte que esa situación traería una desventaja para las empresas mexicanas con respecto a las extranjeras.
“Si con el ánimo de recaudar, en este momento, las empresas se ven disminuidas con las extranjeras, a la larga habrá menos recursos para las empresas, menos impuestos para el fisco y se perderían empleos”, argumenta el especialista de PricewaterhouseCoopers.
Francisco Macías, socio de impuesto de Deloitte, coincide en que es “absurdo” tener en una sola empresa todas las actividades. “Con un cambio, las empresas que pierdan, les saldrá mejor retirar sus inversiones”.
La consolidación fiscal surgió en la administración de Luis Echeverría bajo el concepto de “Unidades de Fomento”.
Su creación buscó que una empresa que quisiera crecer tenía dos alternativas: abrir nuevas áreas por medio de subdivisiones en la misma firma o crear nuevas empresas.
En la época de Echeverría se decretó esta medida para que las empresas crecieran y se consolidaran en grupos empresariales o industriales, y pudieran realizar su tributación en forma consolidada.
Pero desde la pasada Legislatura, diputados perredistas plantearon la eliminación de este régimen para lograr más recaudación. México, D.F./José Manuel Arteaga (El Universal)
Incluso, reconocen, ante la caída de ingresos y la problemática para gravar medicinas y alimentos con IVA, existe la “tentación” de limitarla en la próxima reforma fiscal.
Los especialistas reconocen que hay “aristas” que sí benefician a las compañías y generan desfalcos millonarios al fisco.
Aunque, acotan, frenar la consolidación fiscal sí daría recursos en el corto plazo al fisco, pero en el largo plazo sería un factor negativo para la competitividad, la generación de empleos y la recaudación tributaria.
Modificar el esquema de consolidación fiscal vigente puede aportarle al gobierno, en 2010, algo así como 13 mil 134 millones de pesos, equivalente a 0.1039% del PIB.
Un régimen que ayuda
Víctor Keller, vicepresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), reconoce que la consolidación fiscal sí tiene algunas aristas que benefician a los que utilizan este esquema tributario.
“Sí tiene en algunos casos regímenes preferenciales que sí benefician a ese tipo de empresas... no podemos taparle el ojo al macho, ni podemos tapar el sol con un dedo... Sí, este régimen ayuda, no diría a la evasión del impuesto, pero sí se utilizan prácticas permitidas para pagar menos impuestos, en algunos casos”, afirma el ejecutivo.
Añade que como el IVA a las medicinas y los alimentos no será tocado en la próxima sesión del Congreso, por cuestiones políticas, la disminución del gasto público, la consolidación deberá analizarse. “Aunque no la pueden ahogar, porque nos salimos del contexto mundial”, expresa Keller.
Herbert Bettinger, catedrático de impuestos en el ITAM, dice que la consolidación fiscal sí requiere de un nuevo análisis. Asegura que los impuestos diferidos implican millones de pesos que se le deben al fisco, el cual no puede cobrarlos por los tiempos.
“Se le tiene que dar una salida adecuada para que no impacte a las empresas si la intención es eliminar el régimen de consolidación. Es un régimen que sí requiere un retoque para actualizarlo a nuestras necesidades”, dice.
Desventajas entre empresas
Pedro Carreón, socio fiscal de PricewaterhouseCoopers, afirma que es probable que dicha consolidación se limite, pero eso provocará desventajas para las empresas.
Considera que el problema con la consolidación fiscal es que la Secretaría de Hacienda la presenta como un régimen preferente, cuando en realidad es neutral.
“La autoridad considera que ahí hay un gasto fiscal… yo no lo veo como un régimen preferente; ahí es donde hay controversia con la autoridad”, acota.
El Presupuesto de Gastos Fiscales de 2009, elaborado por la Secretaría de Hacienda, estima que por la consolidación fiscal México dejará de recaudar, en 2010, 13 mil 134 millones de pesos.
“Consiste en un diferimiento del impuesto, por lo que el gasto fiscal que se reporta se compensa en futuros ejercicios fiscales”, expone la Secretaría de Hacienda.
Incluso, la cataloga como la sexta fuente de pérdida recaudatoria más importante.
Se sataniza la consolidación
Para Carlos Cárdenas, socio fiscal de Ernst & Young, el régimen de consolidación fiscal se ha “satanizado”, sin tener los elementos.
Agrega que en este régimen no se le regala un peso a las empresas ni se les subsidia.
“Lo que se permite es que tributen todas las empresas de un mismo grupo de interés económico en una sola base”, explica.
Sostiene que el mutilar la consolidación inhibiría la competitividad de México.
Carreón advierte que esa situación traería una desventaja para las empresas mexicanas con respecto a las extranjeras.
“Si con el ánimo de recaudar, en este momento, las empresas se ven disminuidas con las extranjeras, a la larga habrá menos recursos para las empresas, menos impuestos para el fisco y se perderían empleos”, argumenta el especialista de PricewaterhouseCoopers.
Francisco Macías, socio de impuesto de Deloitte, coincide en que es “absurdo” tener en una sola empresa todas las actividades. “Con un cambio, las empresas que pierdan, les saldrá mejor retirar sus inversiones”.
La consolidación fiscal surgió en la administración de Luis Echeverría bajo el concepto de “Unidades de Fomento”.
Su creación buscó que una empresa que quisiera crecer tenía dos alternativas: abrir nuevas áreas por medio de subdivisiones en la misma firma o crear nuevas empresas.
En la época de Echeverría se decretó esta medida para que las empresas crecieran y se consolidaran en grupos empresariales o industriales, y pudieran realizar su tributación en forma consolidada.
Pero desde la pasada Legislatura, diputados perredistas plantearon la eliminación de este régimen para lograr más recaudación. México, D.F./José Manuel Arteaga (El Universal)
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