Por: Edmundo Olivares Alcalá
Después de calificar de incipiente el efecto de la reforma energética en las energías renovables, Jorge Islas Samperio, investigador del Centro de Investigaciones en Energía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que a pesar de las numerosas reformas y leyes, México ha fracasado en incrementar su abasto mediante el empleo de energías renovables.
Enfatizó que existen factores que, históricamente, han impedido el despliegue de las energías renovables, por lo que planteó la importancia de establecer una coordinación coherente, que permita cumplir las ya de por sí pobres metas que se fijó la ley de la reforma energética en dicho rubro.
Islas Samperio afirmó que no hay incentivos económicos directos, ni metas, en el Programa Nacional de Aprovechamiento de Energías Renovables, además de que los recursos son insuficientes para hacer una transición energética. Por ello, recomendó fijar un 20 por ciento del fondo de la Ley de Federal de Derechos en materia de hidrocarburos de PEMEX, que sea utilizado para el desarrollo e implementación de energías renovables.
En su oportunidad, Pablo Mulás del Pozo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, señaló que a pesar de que México es el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que más energía solar utiliza para generación térmica, esto no se contabiliza en el Balance Nacional, debido a que la Agencia Internacional de Energía la califica como proceso natural y no la considera cuantificable.
Agregó que esta situación debe cambiar, ante el énfasis que actualmente se está poniendo en las energías renovables a nivel mundial; sin embargo, aseveró, aún no es posible hablar del impacto de la reforma energética en este sentido, pues es todavía muy reciente.
No obstante, indicó Mulás del Pozo, en nuestro país ya se realizan esfuerzos como el de una empresa exportadora de Baja California Sur que produce 7 millones de sal por año a partir de agua de mar, utilizando una combinación de energía solar y eólica; además de que existe un millón de metros cuadrados de calentadores solares instalados a lo largo del el país, en hospitales y albercas, y eso nadie lo contabiliza, lamentó.
Indicó que aún cuando desde hace 10 años no han logrado convencer a las autoridades, es necesario tener una visión con un horizonte a largo plazo, para visualizar hacia dónde se debe transitar con una mayor probabilidad de éxito.
El ex coordinador de área de ingeniería de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), urgió en la necesidad de sustituir las energías fósiles para introducir al país en una economía de bajo carbón, a través del uso de tecnologías renovables como la solar, geotérmica y de biomasa, como opciones reales.
Comentó que no ha habido énfasis en temas como el uso de energías renovables para generación térmica; el uso de las nuevas tecnologías para el transporte; el uso de la energía nuclear para generación base y la modernización de la red eléctrica como una red inteligente, que no han suscitado interés en el sector energético, pero son de suma importancia.
Por su parte, Lourdes Melgar, investigadora y consultora independiente en temas energéticos, subrayó que el año pasado, cuando el gobierno federal propuso la iniciativa de reforma energética, el propósito era incrementar la renta petrolera, objetivo que no ha conseguido, además de que desatiende lo que el país necesita en términos globales.
La investigadora consideró positivo que, con ocasión de la reforma fiscal, por primera vez se llevó a cabo un debate nacional sobre el tema de las energías renovables y transición energética, con la participación de numerosos especialistas.
miércoles, 28 de octubre de 2009
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